30 julio 2011

(Tú no sabes lo que pasó aquella noche)



El picaporte bajo mi mano y yo firme tras la puerta, debatiendo conmigo misma si abrir o no. Solo era consciente de que los segundos continuaban pasando porque el reloj que estaba sobre la mesilla de noche de aquella habitación de hotel se encargaba de subrayarlos con un estruendo constante. Con esa melodía monótona de fondo yo me mantenía erguida, inmóvil, casi congelada, visualizando mentalmente el interminable pasillo y tu puerta, al final del todo. Tu puerta y su picaporte, idéntico al que en aquel momento yo estaba sujetando.

Quién sabe cuánto tiempo pude estar allí quieta, intentando armarme de valor para ir a buscarte. 

8 comentarios:

Juan Rodríguez Millán dijo...

Qué gran manera de empezar un gran día. Sabes que me encanta lo que dices, pero mucho más lo que dejas entrever entre tus palabras.

Lrenita7 dijo...

Wow..
yo me he sentido igual muchas veces, vivo cerca de él y no siempre puedo ir a verle... y me dan ganas de salir y sorprenderle aunque sé que no puedo..
Me encanta como escribes!
un besito!

Coleccionista de sueños imposibles dijo...

En estas situaciones, es preferible estar segura de lo que se va a hacer, para evitar arrepentimientos posteriores o, al menos, intentarlo.

Anónimo dijo...

Tus #ñoñadas me gustas un puñado, que lo sepas.

R.G.

PD: :)

dEsoRdeN dijo...

me fascina pensar en todas las historias que han estado a punto de pasar sin saberlo y no pasaron!

Capricorn Girl dijo...

olaaaaa! te sigo! me encanta tu blog! escribes super bien:) hechale un vistazo a mi blog! unbeso!http://someofyourdreams.blogspot.com/?fcsite=08752640955902718749&fcprofile=07190834659030654455

Inés del Sol.. dijo...

Vaya entrada!! Me encanta :) Yo creo que nos hemos sentido así muchas veces, tener la sensación de querer ir a la vez que algo te lo impide...

Un besazo!

AM Editorial dijo...

Ni nosotros tampoco, pero nos encantaría saberlo. Por eso es buena esta entrada, porque nos quedamos con las ganas.

Un abrazo!